El cine tiene la cualidad particular de llevarte a vivir cosas que no estaban escritas en tu imaginación; muchas veces nos tocan el alma, arrancándonos suspiros, reflexiones, lágrimas conmovidas, risas ingenuas y un corazón acelerado que recuerda que es bueno vivir. De esta manera acabo de describir lo que deja la película venezolana «La distancia más larga»http://www.ladistanciamaslarga.com/ .
Desde la óptica de la Psicología Positiva, esta impecable película deja muy claro el valor que tiene la voluntad y la fe a través de la personificación de Lucas un niño de 10 años que se encamina con miles de riesgos posibles al encuentro certero de Martina, su abuela; en un viaje desde Caracas hasta La Gran Sabana (Estado Bolívar – Venezuela), considerado uno de los lugares más antiguos y mágicos del Planeta.
Otro plus adicional, en el cual me voy a concentrar en este post, es sobre la fortaleza humana más poderosa y manifiesta en la historia, como lo es el PERDÓN.
Hay una escena donde nieto y abuela se bañan en un río, y ella le cuenta como hace muchos años hizo algo que su hija no le perdonó nunca y el niño con esa ingenuidad de alma que se tiene en esa etapa, le dice «si yo fuera ella, te perdonaría», y la abraza invitándola a jugar con él.
Perdonar es una de las acciones más poderosas y sanadoras tanto de la mente como del espíritu. Todos tenemos alguna historia dolorosa donde no queremos conectarnos con alguien más nunca, o el solo hecho de pensar en esa persona descompone el estómago, acelera con violencia el corazón. La convivencia humana es muy compleja a veces, lastimar a otro o haber sido lastimado, es parte de la historia de vivir, sin duda aprendizajes que no son agradables; sin embargo el camino que invita a ejercer el perdón es tan necesario como respirar.
Cuántas personas en su lecho de muerte, no buscan perdonar como uno de sus momentos finales, hay infinidad de momentos que repiten esta misma escena, que no solo pasa en las películas sino en la vida real. La pregunta que cabe aquí, es por qué voy a esperar estar en mi último aliento para perdonar o … perdonarme. Hay que hacer a conciencia plena, pronto, sin darle más largas. HOY.
Perdonar no implica volver a tener una relación con la persona que te lastimó, perdonar significa recordar lo que pasó y no sentir un vacío en el corazón, un latir con miedo. Es una DECISIÓN, que implica probablemente mucho valor, pero también un entendimiento pleno que es por tu salud emocional, física y espiritual.
Una persona cargada de rencores vuelve agrio su carácter, deja de relacionarse con confianza con las personas, la depresión está latente, no manifiesta amor pleno, se enferma con distintas patologías y por sobre todo deja de permitirse un alivio pleno desde el corazón.
Quien perdona sigue adelante con su vida, entiende que equivocarse es de humanos, revisar con madurez su responsabilidad en la historia y por sobre todo empieza a ver con dulzura de nuevo su tránsito; es como bañarse en eso saltos de agua helados de La Gran Sabana, se tonifica el alma.
En mi experiencia personal, perdonar ha sido una de mis grandes banderas y reconexión familiar; el pasado es imposible de modificar, pero lo que logré hacer y hago en el presente con mi gente ha sido una proeza que habla de reconciliación y nuevos paisajes. No cambiaría esa sensación de paz por nada; por eso con propiedad, alejada de lo académico les pido que hagan el esfuerzo de perdonar, incluso a quienes ya partieron de este plano físico.
Que el perdón no sea tu distancia más larga a la paz interna, sino un viaje profundo donde Dios te habla de nuevas oportunidades. Un viaje ligero y compasivo.
Vean la película y me dan sus comentarios. Quiero felicitar a todo el equipo involucrado en su creación, el esfuerzo, la magia, la impecable fotografía, la música que se fundía con la majestuosa Gran Sabana, un elenco que dejó todo en cada milímetro, en cada diálogo. Son merecedores de cada premio obtenido y por obtener.
Estoy orgullosa de ver el nombre de Venezuela en esta producción noble y edificante de la voluntad humana.
Cebra Positiva 