Nadie podría negar que este Enero 2015 además de veloz, fue extremadamente intenso, sangriento.
De las primeras noticias que acaparó el interés mundial, fue el 7 de Enero con el ataque terrorista perpetrado por militantes del Al Qaeda, a la sala de redacción del semanario francés Charlie Hebdo en París, donde asesinaron a 11 personas; hecho doloroso para la libertad de expresión y la vida en toda su magnitud.
En poco tiempo se volvió viral la frase Je suis Charlie («Yo soy Charlie» en francés), millones de personas se sumaron al repudio y defensa de la vida; lo interesante es que también muchos musulmanes incorporaron la frase Not in my name («No en mi nombre, en inglés), exponiendo ante la opinión pública que ser musulmán no es sinónimo de terrorista y menos de invocación de Dios (Allah) para cometer asesinato.
Revisemos un poco por qué fue el atentado, al menos las razones (inaceptables) todas, que llevó a Al Qaeda a tenerlos como objetivo. Charlie Hebdo ha sido desde su génesis (1969) una publicación que satiriza en extremo a cualquier religión, partidos políticos de extrema derecha o gobiernos conservadores.
En el 2011 publican contra los musulmanes, donde muestra al profeta Mahoma diciendo: «100 latigazos a que te mueres de la risa», además de modificar el título de la publicación por «Charia Hebdo» que significa -Ley Sagrada del Islam, en este caso de Hebdo-. Esto trajo como consecuencia respuesta inmediata por parte de los terroristas, siendo atacada la sede del periódico y hackeada la página web, sumado a amenazas de muerte contra el editor; que lamentablemente se cumplieron este año.
Cientos de organizaciones, escritores, marcas comerciales, comics, diseñadores gráficos, entregaron su manera de protestar contra el terrorismo, en nombre de las personas asesinadas; si algo no se puede negar es que este suceso llegó a la fibra de muchos; ojalá lográramos la misma reacción, contra la barbarie que se vive en África y algunos países latinos.
Como Comunicador Social y educador, creo que la libertad de expresión debe ser conducida a través del respeto, por lo que desestimo que el amarillismo o satirizar cosas que son fundamentales en la vida de los demás, como la religión, género o raza, sean una vía para comunicarse, los leo como irrespeto, intolerancia y abuso. Ahora de pensar esto a validar que se asesine a quién promueve dicho estilo periodístico, hay una distancia muy larga. No fui, no soy seguidor de este semanario francés, no estoy de acuerdo con el reiterado hostigamiento contra los musulmanes, pero menos estoy de acuerdo con el terrorismo.
Cuando presté mi rostro y cubrí mi cabello diciendo «Je suis Charlie» no es porque apoye el tipo de publicación, sino por el valor que en mi conciencia humana representan los 11 asesinados y el respeto que tengo por mis amigos musulmanes.
¿Qué podemos hacer desde nuestro entorno para luchar contra el terrorismo, aunque sea una lucha desigual?
– El respeto a la vida empieza en la crianza, en el hogar. Si alguno de sus niños con frecuencia es cruel con los animales o plantas, reflexione y busque ayuda, hay un riesgo enorme de que se convierta en un ser violento e iracundo.
– La religión es un tema álgido, incluso en Latinoamérica, céntrese en el respeto, evite creer que es dueño de la verdad o que su religión es la mejor, la correcta. Cada quien se comunica con Dios como cree y siente necesario, entendiendo que el amor del Creador es tan generoso, que nos acepta con cualquiera de nuestras creencias sobre él, incluso, si no creemos en Él. 
– Estimule la creatividad en sus equipos de trabajo, familia, en usted; está comprobado que la gente creativa tiene menos respuestas hacia la ira y la violencia, ya que se centra en la solución y no en la erradicación; que son dos maneras muy distintas de ver los problemas o las diferencias.
– Como profesional, empresario o agente político / social, fomente la igualdad en cuanto a oportunidades de desarrollo intelectual, salud, alimentación, género y emprendimiento social; la pobreza y exclusión genera focos de resentimiento y conduce rápido a la violencia como comunicación.
– Use la palabra, la buena palabra. Los seres humanos somos seres lingüísticos, y cada palabra produce alguna acción (reacción); entonces sea impecable con lo que dice, porque es la manera de crear el mundo su mundo, refleja su alma, es fortalecedor de la vida comunicarse en a través de la paz.
– Haga el esfuerzo, ame a su prójimo como a usted mismo, para ello debe esforzarse por ser un mejor ser humano, perdone, sane el pasado, coma más verde, ame al Planeta, sea amable siempre. No es fácil, pero ese es el reto.
Cebra Positiva 