Publicado en 30 días de transformación, emociones positivas, Salud física

Música para sanar #30DiasDeTransformacion

Siempre la música y quienes son capaces de hacerla, me parecerán parte de un gran milagro.

No hay ningún músico en mi familia cercana, cosa que lamento muchísimo, porque he visto reuniones familiares donde el que toca cuatro o guitarra, prende la parranda, o vuelve una simple cena en algo íntimo lleno de acordes.

A mí me hubiese encantando ser pianista, pero al morir papá la música y el ballet pasaron a otro plano; entonces desde muy pequeña me dediqué a apreciar.

Tengo fuerte inclinación por lo clásico, tal vez mi alma antigua me reclama su pasado. Cuando estoy en presencia de una orquesta siento un profundo respeto, encuentro el ejemplo claro de lo que es la transcendencia.

En la modernidad U2, The Killers, Dream Theater o Snow Patrol, me atrapan en la perfección de sus propuestas, que además poseen una correcta base académica y clásica.

Desde mi crianza venezolana, una tonada lo es todo, Simón Díaz nos dejó un legado musical, la esencia del campo venezolano desde su verdor y fertilidad, se me alborota el corazón con el Alcaraván, suspiro de ternura con la Vaca Mariposa, vibro plena con Caballo Viejo, con quien tuve la extraordinaria experiencia de escucharlo en Sudáfrica, casi morí de amor.

En el cementerio Père Lachaise en París, está enterrado Chopin, siempre lleno de flores, rosas, es increíble el amor que se le ha mantenido en el tiempo, para mí, tanto él  como la tumba de Edith Piaf, fueron un encuentro sublime, a ella le dejé un caramelo por tantos momentos dulces que su voz, le dio a mis abuelos paternos.

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Tumba de Chopin. Foto de mi autoría. París 2008
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Tumba de Edith Piaf. Foto de mi autoría. París 2008.

 

Me cuesta realmente entender como el reggaeton y corrientes parecidas atrapan tanto público, tengo la sensación que la humanidad se mueve de la la belleza a la fealdad sin filtros, sin valoración. Cosa muy distinta a una buena salsa o merengue que muestran las bondades de las caderas latinas, al son de historias de amor, despechos y esperanza.

En fin. La música está en todos lados, en el latir del corazón, en la desarmonía de la ciudad, las aves del atardecer, el murmullo del agua que ocupa sus espacios. Una película magistral como August Rush, nos muestra particularmente cómo la música se mueve desde el vientre materno hacia la urbe, para ser vida y libertad.

Mi último encuentro afortunado fue con «The piano guys», unos chicos de Utah, Estados Unidos, que fusionan piano y cello de manera alucinante, tienen sus propias piezas y versiones de bandas sonoras como Frozen, El Señor de Los Anillos o La Misión, de verdad son increíbles; los escucho con frecuencia cuando quiero crear presentaciones o textos.

Beneficios de escuchar buena música:

1.- Sentir relax y placer

2.- Concentrar el pensamiento en algo distinto que no sea en un problema o angustia

3.- Ayuda a socializar, porque compartes el gusto musical con otros

4.- Estimula al cerebro, para lograr concentración y flexibilidad para la creación de nuevas ideas

5.- Crea paisajes en el pensamiento, sin darte cuenta estás en otro contexto

6.- La música clásica, en particular, te guste o no, hace en el cerebro conexiones más rápidas entre las neuronas, cosa que las mantiene vivas por más rato

7.- Ayuda a meditar, logras alcanzar estado de suprema paz, lo que permite incidir en el control emocional, potenciando las emociones positivas, dejando sin espacio las emociones negativas

8.- Cada vez más se escucha música en los quirófanos, se ha encontrado relación en la estabilidad del paciente durante la operación y la fluidez del equipo médico haciendo su labor

9.- La música tribal, como la africana, nos conecta directo a la relación ancestral del ser humano con el Planeta

10.- Es un vínculo con las personas amadas que ya no están en este plano físico

Les dejo algo de música sudafricana, raíces Gospel, tierra pura que danza y vive.