Melamed ha aceptado todo en su vida, menos que le digan que no puede hacer algo. Su trayectoria así lo ha demostrado. La condición física que vive denominada “retraso motor”, es un estado de hipotonía general del cuerpo, donde no puede realizar con normalidad los movimientos, no hay cura.
Su salvación en la niñez fue contar con una familia profundamente amorosa, y como él cuenta en alguna de sus charlas, con una prima que de alguna manera -lo obligó- a caminar. Esta sin duda es la base de la resiliencia, tener adultos en nuestra infancia que nos indicaron el camino, nos alentaron a continuar sin límites; de allí comienza una larga cadena de éxitos en la dimensión humana, que han convertido a Maickel en uno de nuestros héroes de verdad de verdad.
Es impresionante su reto físico, porque además de haber ya participado en cinco maratones de los más importantes del mundo, que es bastante, también ha practicado deportes extremos como alpinismo y buceo.
Recuerdo claramente el Maratón de Nueva York 2011, era indescriptible la ansiedad que se vivía en las redes sociales, logró que estuviésemos a su lado hasta que llegó a la meta; puedo decir que en mis círculos de amigos y familia, hubo hasta reconciliaciones, producto del amor que generó el esfuerzo de esa noche.
Hoy en la madrugada fue igual. Tal vez éramos poco despiertos a las 4 a.m. esperando el cruce de meta; yo ya me había dormido temprano, pero algo que no puedo explicar me despertó; tal vez porque lo último que revisé en Twitter antes de dormirme fue su avance y me dormí inquieta; o tal vez el ángel de la guarda de Maickel que ya necesitaba refuerzo.
Lo cierto es que una vez más se me removió óxido del corazón (siempre hay escondido), porque eso es lo que él logra y más.
Quién no ha caminado quejándose más de dos horas, imagina veinte, más de veinte horas sin parar y sin queja, con la mete lúcida y dispuesta. Por eso cada maratón logrado por Melamed es una gran hazaña, y perseverancia por vivir.
Siempre nos recuerda que somos limitados, pero también que todos podemos vencer indescriptibles batallas para ser mejores seres humanos; además de enaltecer el gentilicio venezolano, hoy muy necesario.
Esta cebra sigue con los ojos aguados. Sigue agradecida de haberlo tenido cerca dos veces en mi vida, aunque él no me recuerde, yo siempre le tendré amor irrestricto.
Tuve un amanecer generoso en su nombre.
Las fotos que acompañan este post son de Michael Blanchard, un joven que vive en Boston, quien decidió a media noche acercarse a la meta del maratón al leer son Maickel. Después de las imágenes copio su testimonio, él también pasó a convertirse en una vida tocada por nuestro héroe.
Algunos días suceden milagros.
Si quieres saber de Maickel Melamed, apoyar su proyecto, síguelo en Facebook https://www.facebook.com/maickelmelamed
Gracias, Somos Equipo.
Somos.
Con total gratitud
Claris Trigueros
By MICHAEL BLANCHARD
Last night I watched a report by Jorge Quiroga about a man from Venezuela who was still running the marathon long after everyone had packed up and went home. His name is Maickel Melamed and he has Muscular Dystrophy. When I watched the video on WCVB Channel 5 Boston around 1am, someone commented that he was just passing through Brookline and scheduled to finish between 2-3am. Since I am up all night anyway, I decided to head into town to try and photograph him crossing the finish line. When I got there I was told by a cameraman that he was still in Brookline. Knowing it would be a while before he made it to Copley Square, I drove to Beacon Street to see what the deal was. Soon I came upon about a hundred people walking (very slowly) and singing while cars passed by them. It was truly one of the most amazing things I’ve ever seen. I walked with them over the Fenway bridge, through Kenmore Square and up Commonwealth Ave until we turned the corner to Boylston. That’s when the torrential downpours started and did not stop. Somehow everyone ignored the rain and kept going. At around 4:30am, 20 hours after starting the race, Maickel crossed the finish line of the The Boston Marathon. I’m not sure why I went to see this, but I’m glad I did (despite my two rain soaked non-working 5DMIII cameras and a parking ticket). Enjoy the photos and share this post if you want… Hopefully Maickel brightened your day a bit! (His team is Proyecto VAMOS)
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Por MICHAEL BLANCHARD
Anoche vi un reportaje de Jorge Quiroga sobre un venezolano que todavía estaba realizando el maratón, después de que todos habían hecho maletas y se fueron a casa. Su nombre es Maickel Melamed, quien tiene Distrofia Muscular. Cuando vi el video en WCVB Canal 5 Boston alrededor de la 1am, alguien me comentó que estaba de paso Brookline y programado para terminar entre 2-3 de la madrugada. Yo estaba de todos modos, entonces decidí a ir a la ciudad para tratar de fotografiarlo al cruzar la línea de meta. Cuando llegué me dijo un camarógrafo que él estaba todavía por Brookline. Sabiendo que sería un gran rato antes de llegar a la Plaza Copley, me dirigí a la calle del faro para ver qué pasaba. Pronto me encontré con un centenar de personas caminando (muy lentamente) y cantando mientras que los carros pasan cerca de ellos. Fue realmente una de las cosas más increíbles que he visto en mi vida. Caminé con ellos sobre el puente Fenway, a través de Kenmore Square y hasta Commonwealth Ave hasta que doblamos la esquina de Boylston. Fue entonces cuando las lluvias torrenciales empezaron y no se detuvo. De alguna manera todo el mundo ignoró la lluvia y siguió su camino. Alrededor de las 4:30 de la mañana, 20 horas después de comenzar la carrera, Maickel cruzó la línea de meta de la Maratón de Boston. No estoy seguro de por qué fui a ver esto, pero me alegro de haberlo hecho (a pesar de la mojada de mis cámaras 5DMIII y una multa de estacionamiento). Disfruta de las fotos y comparte este post si quieres … Esperemos que Maickel iluminó tu día un poco (Su equipo es Proyecto VAMOS).